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domingo, 24 de noviembre de 2019

CASTILLO DE MIRAVET


PATRIMONIOS DE LA PLANA DEL CASTILLO DE ALBALAT, DE LA TINENÇA DE MIRAVET Y DEL ANTIGUO REINO DE VALENCIA, CABANES, CASTELLÓN.
Por: JUAN EMILIO PRADES BEL.
PATRIMONIOS DE LA PLANA DE ALBALAT:
"EL CASTILLO DE MIRAVET, UN MONUMENTO OLVIDADO".
JUAN EMILIO PRADES BEL.
El castillo de Miravet, en su día fue cabeza del distrito de la Tinença de su nombre, comprendía los territorios del castillo de Albalat, la villa de Cabanes y los lugares que posteriormente serían Benlloch y Torreblanca. Ubicado en la cima de un montículo que supera los 260 metros de altitud, el castillo da también nombre al frondoso barranco por el que discurre la carretera que enlaza Oropesa con Cabanes, enmarcado en el Paraje Natural del Desierto de las Palmas. Son tierras ásperas y abruptas, cubiertas de abundante vegetación autóctona, en las que proliferan fuentes de limpias y cristalinas aguas como las de Miravet, Font Tallà, Perelló, Font de Roc, etc. Es uno de los lugares históricos y pintorescos del término municipal de Cabanes. Aunque sus orígenes son desconocidos, sus inmediaciones estaban ya habitadas en la época prehistórica según lo revelan distintos yacimientos del Neolítico. De lo que no cabe ninguna duda es que la dominación musulmana arraigó mucho por estas tierras, como lo demuestra su mismo topónimo y el de sus castros jurisdiccionales de Albalat y Zufera. Si atenemos a su etimología, Miravet debió ser un monasterio de monjes guerreros musulmanes dedicados a la guerra santa, con la finalidad primordial de defender esta zona de cualquier tipo de ataques. Históricamente se sabe que en 1091 el Cid Campeador conquistó este territorio a los moros, si bien la conquista no se consolidó hasta un siglo después, cuando el rey Jaime I la llevó a cabo, dando la Tinença de Miravet al obispo y cabildo de Tortosa por la ayuda prestada por éste en la reconquista, según consta en el documento otorgado en Tortosa el 27 de abril del año 1225 a favor del obispo-barón Poncio de Torrellas, quien se dedicó a repoblar de cristianos todo el territorio y los circundantes de Villafamés y Cuevas de Vinromà, otorgando paulatinamente cartas de población a Cabanes (1243), Benlloch (1250) y Torreblanca (antes de 1350).
PATRIMONIOS DE LA PLANA DE ALBALAT: LA IGLESIA DE SAN MARTÍN Y SAN BARTOLOMÉ DEL CASTILLO DE MIRAVET.
Aunque tampoco se conocen los orígenes de la parroquia de Miravet, cabe suponer que los cristianos del lugar utilizarían inicialmente la antigua mezquita árabe reconvertida al cristianismo. La iglesia de San Martín y San Bartolomé, que ha llegado a la posteridad, parece ser del siglo XIV y tiene una sola nave rectangular de 13,20 x 5,63 metros, con portada románica de dovelaje y jambas pétreas. Su techo, a doble vertiente, estaba sostenido por tres arcos torales apuntados, también de piedra. En su interior debió tener el techo con artesanado de madera según delatan los canecillos y ménsulas de sus paredes. La pequeña iglesia, como el castillo, se encuentra actualmente en estado ruinoso. En el andar sinuoso hacia el ermitorio de Les Santes o en su periplo caminar desde el litoral hacia la montaña, el viajero pude contemplar todavía las ruinas del castillo de Miravet, con los restos de su torre del homenaje, sus recintos y una parte de su pequeña iglesia. En sus restos, el vetusto castillo encierra historias y preguntas enigmáticas, y se mantiene vivo el recuerdo y el testimonio de este lugar de la época medieval entre las gentes de la comarca, que rinden cada año secular tributo en los traslados de la patrona, la Virgen del Buen Suceso, a la población, pues al divisar la romería las lejanas ruinas del castillo y su iglesia, se canta un responso por los difuntos de Miravet, allí en el camino donde en el año 1975 se levantó un monolito, llamado el "Molló de Sant Martí", con motivo del IV centenario de la anexión de Miravet y Albalat a la villa de Cabanes. Por su monumentalidad, por lo que representa, entre el patrimonio de la comarca y por su singular arquitectura, el castillo de Miravet, catalogado como BIC (bien de interés cultural) por la Consellería de Cultura, merece bastante más atención, que la que hasta el momento le han dispensado las administraciones. Cabanes y la provincia tienen en el castillo de Miravet una de las asignaturas pendientes.
Por muchas razones, entre las que no hay que olvidar la excesiva estimación por lo propio, el monumento reclama la decidida actuación de las instituciones para poder liberarlo de una total ruina a la que en pocos años se verá abocado.
PATRIMONIOS DE LA PLANA DE ALBALAT: EL MOLLÓ DE SAN MARTÍ, CAMINO DEL ERMITORIO DE LES SANTES, CABANES.
El "Molló de Sant Martí" es un monolito de piedra cuya ubicación se encuentra al borde del “Camí de les Santes”, camino asfaltado con anchura medida de carro, que lleva desde el empalme entre el mas de Venancio y el mas de Guillem distante a unos 400 metros del Molló, remonta en paralelo junto al curso descendente del barranco de les Santes, conduciendo al peregrino dirección hacia el interior del Paraje Natural Protegido del Desierto de las Palmas, a los 1,8 km sale al paso el Ermitorio de les Santes, destino y centro espiritual de la romería que cada año rinden tributo con su peregrinaje los vecinos de Cabanes, acompañando en los traslados a su patrona la Virgen del Buen Suceso de retorno a su lugar de origen. El Molló de Sant Martí se encuentra a unos 300 metros del molino de Monferrer, está compuesto de una gran losa lítica (llossa plana) hincada de pie en el suelo, sobre la erguida losa en la cara que mira a poniente y da al camino, en su parte central tiene incrustada una placa rectangular de mármol gris con la siguiente leyenda: “Molló de Sant Martí 1575-1975 erigido en conmemoración del IV centenario de la anexión de Miravet y Albalat a Cabanes  LAVS DEO ET B.V. M.” anexión que fue un 5 de julio del año 1575. En este lugar todos los años el día de la romería de les santes los presentes cantan a su paso por el lugar letanías o responsores, dirigiendo la mirada hacia las ruinas del castillo de Miravet y su antigua iglesia de San Martín, en un símbolo de respeto, memoría y recuerdo por las almas de los difuntos de estas tierras, y las del castillo de Miravet, como antepasados que fueron de la Tinença de Miravet y propios de las raíces fundacionales y origen de la villa y del término de Cabanes.


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